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Los blog de Working Chef reunen a diferentes escritores y cocineros que comparten sus historias, sus recetas y parte de su vida real.

La Teta Asustada - Pasteles Cotidianos
La Teta Asustada

-Che, ¡Basta! ¡No quiero que se lastimen! ¿Ok? -Listo, no me hacen caso… los separo.…

Comer, viajar y amar - Pasteles Cotidianos
Comer, viajar y amar

En ese orden, o mejor dicho esos verbos. Después el orden de lo factores no…

Vuelvo a Buenos Aires, vuelvo a Jujuy

De cuando tu editor te saluda a la mañana y te acordás que hoy lunes…

Mar Infinito - Pasteles Cotidianos
Mar Infinito

Mi hija cumple seis años y recibo este mensaje: “Increíble que hace 6 años recibía…

Pie de foto premonitorio - Pasteles Cotidianos
El pie de foto premonitorio

Comienzos del 2014. Instagram. Subí esta foto. Libro de Amelie nothomb, matar al padre. Abajo…

Montevideo sos vos - Pasteles Cotidianos
Montevideo sos vos

Buenos Aires, septiembre 2017. Fin de semana que no paró de llover y yo cual…

Papelitos de colores

Martes a la tarde, entre las 17 y las 18 hs. Caminando por Talcahuano, llegando…

La Giralda - Pasteles Cotidianos
Dos en La Giralda

Tengo reuniones con personas que no conozco personalmente y los cito en “La Giralda”. Salgo…

The Huntignton Meats - Ser Carnicero
American Prime

“The Huntignton Meats, la carnicería Nro. 1 de Los Ángeles nos abre sus puertas”
Estimados lectores, hoy quiero compartir mi espacio con Jonathan Rovner, periodista y hermosa persona que voluntariamente (estando de viaje de placer) tomó el compromiso de hacer esta maravillosa nota para compartirla con ustedes. Espero que la disfruten tanto como yo.

Laiseca - Pasteles Cotidianos. Sol García Levaggi
El cuaderno índice de los libros de papel madera

Las ganas de escribir brotan como el florecer de los cerezos cuando llega la primavera.…

Todo por un pucho - Pasteles Cotidianos - Sol García Levaggi
Todo por un pucho

Fui a comprar a Canning y Corrientes papel para armar tabaco. De regreso a casa…

Hasta la Médula - Ser Carnicero - Hernán Méndez
Hasta la Médula

Antiguamente la médula quedaba en la res, desprovista y a la vista apenas colgando de la canaleta que recorre todo el tren de bife. Fácilmente se sacaba, bastaba tomar uno de sus extremos sueltos y tirar despacito con la mano, acompañando con la punta del cuchillo. No siempre llegaban a las carnicerías las medias reses con la médula.  Algunas si y otras no. Ahora por ejemplo ( y por reglamentación) ya no lo permiten.