Visitado por la Reina Sofía y el Rey Juan Carlos, el Comme Chez Soi contiene una pequeña bocanada del sabor belga con estilo minimalista, desde las friterie (patatas fritas), pasando por los Moules o mejillones, se detiene en la sección de postres con su especialidad en bombonería y chocolates.
El Comme Chez Soi abre sus puertas hacia un salón tipo bistrot, con montajes al estilo de Horta, uno de los artistas arquitectónicos belgas más reconocidos, exponente del Art Nouveau, un movimiento que nació en el Neoclasicismo.
En plena sala, los fogones invitan a sus comensales a mirar a través de la pared de vidrio que se impone entre los clientes y los chefs, quienes son observados en plena jornada de trabajo.
Lo que comenzó como una pequeña taberna que servía patatas fritas, plato emblemático de Bruselas, se ha convertido en un centro turístico con historias de famosos, como los Rolling Stones o a Bono de U2; que se han sentado a degustar su carta de vinos o los platillos del menú con sus distintivas salsas.
El sello característico del actual chef de Comme Chez Soi, Lionel Rigolet, son sus combinaciones de salsas que le permiten diferenciarse de sus antecesores, siendo este la cuarta generación que administra este restaurante.
Respetando las bases de la tradición belga de “como en casa”, Rigolet promociona una cocina de autor en su menú, donde destaca la degustación de cuatro platos a un costo de 75 euros por persona. En la carta de recomendaciones se puede encontrar el foie, un plato a base del hígado hipertrofiado de un pato o ganso que ha sido especialmente sobrealimentado.
De acuerdo a la experiencia de los comensales, se puede apreciar la sugerencia para probar un mousse de jamón, un plato que en otros países se conoce como paté, pero en Comme Chez Soi es más elaborado.
Este restaurante contiene un toque francés, propio de la transculturización belga, que le ha permitido crear una fusión de las dos cocinas: elegancia y sabor.
Comme Chez Soi es dueño de dos Estrellas Michelin, incorporándose en la guía más importante de referencia gastronómica de Europa, que califica la calidad, la creatividad y el cuidado que tienen sus chefs al momento de servir sus platillos a los comensales.
La exclusividad se manifiesta en una opción: reservar una mesa dentro de la cocina para consumir, de primera fila, los platos que allí se expenden. Dependiendo a la cantidad de platos degustativos y la selección de vino que elija, los precios pueden superar los 225 euros por persona.
Otra de las características que destacan a este establecimiento como un restaurante de alta categoría es su bodegón de vinos y el servicio de sumiller. En su cava albergan más de 24.000 botellas, donde 80% son de procedencia francesa. Sus precios pueden variar entre 40 euros hasta 17.000 euros, y el sumiller le sugerirá las mejores opciones de acuerdo al plato que elija.