Aunque esto parece más normal de los que se cree en muchos niños- incluyendo los que son una caricatura- existen alternativas para alimentarlos adecuadamente sin tener que ver la sopa derramada en el piso.
La niña más irónica, inconforme, contestataria y sensible que vivió en una infancia contrariada por su perspicacia política y rebelión social también odia la sopa; y es que Mafalda, el icono más representativo de la caricatura argentina nos enseña un trasfondo dentro de sus caricaturas, más allá de inventiva, sagacidad y creatividad que expresaba su creador a través de la pequeña personaje.
“La sopa es a la niñez lo que el comunismo a la democracia”, es una de sus frases célebres, gracias a la “tiranía” que la madre de Mafalda aplicaba cada vez que servía sopa; esto hace una alegoría a los regímenes autoritarios. Pero estos reproches son comunes en los niños, y más cuando no han aprendido a comer de todo.
¿Cómo se debe introducir la sopa en el menú regular de su hijo? Los platos coloridos y divertidos parecen ser una opción. Pero la realidad, es que su aversión es hacia los vegetales. Estos ingredientes para los niños son igual al monstruo que está debajo de cama: no hay fundamentos para tener miedo, pero igual tememos.
Los pequeños de la casa podrán comer agua con fideos, pero elementos extraños como los vegetales no serán aceptados con tanta facilidad. La solución para esto es la introducción a las cremas.
Las cremas de zapallo, guisantes o puerro, pueden ser combinadas con papa cocida para que suavice su sabor. La nata, salsa bechamel o queso rallado son otras opciones para darle un exquisito sabor y textura a las cremas.
La sopa de fideos puede ser la favorita de los niños, por esta razón debemos aprovechar sus cualidades para camuflar las verduras dentro de la tan odiada sopa. Lo que puede resaltar dentro de esta caldo, además de los fideos, son las rodajas de zanahorias y trocitos de puerro, que le den vida al agua con tendencia amarillenta.
Aunque también se pueden apartar los vegetales para realizar purés o guardarla para ustedes, si saben que el niño no tolera bajo ninguna circunstancia la presencia de los vegetales. Esto también requiere un poco de disciplina, y más si los niños no les agradan comer sólo aquello que tiene sabores fuertes y no es nada nutritivo, como la pizza o la hamburguesa.
Sopas como la vori vori de pollo, una sopa guaraní con bolitas de harina, con quesos rallados y caldo. Este caldo lleva cebollas y zanahorias picadas más dientes de ajos enteros acompañado de pollo, que pueden retirarse al finalizar la cocción.
La sopa tiene una densidad calórica baja, y esto es beneficioso para los adultos que desean perder peso, pero no para los niños, ya que su ingesta debe ser mayor para mantener reservas de energía gracias a las calorías.
Sin embargo, esto no le resta importancia a los caldos, por su contribución con el hábito de comer despacio para ingerir bien los alimentos, además de que es un plato que suele compartirse con otros preparaciones.