Pan dulce de madrugada

Chinita Bakery
Lunes, seis de la mañana, el sábado es la cena de noche buena ¡Cómo pasó el año!

Mientras pongo el agua en la pava y prendo el fuego, cargo de yerba de el mate. Hay una ahumada que compré en la verdulería de la esquiva de Malabia y Padilla que me gusta mucho. Queda poco pero alcanza para un mate más. Tengo que ir hoy sin falta a comprar otra, espero que haya.

Me siento en la mesa del living y empiezo a buscar la receta del pan dulce. No me preocupo por los ingredientes porque la vez pasada compré todo lo que hacía falta: castañas de cajú, nueves, pasas de uva, ananá abrillantada, levadura, harina, manteca, huevos y demás.

Así que solo me falta buscar las cantidades exactas y ponerme a prepararlos.

Qué bien se siente tener todo listo para empezar una receta y no tener que esperar que abra el chino para comprar lo que siempre falta.

A las seis de la mañana es lindo cocinar, es lindo escuchar música y tomar mate, porque todos duermen, hasta los gatos.

Me voy a la cocina y empiezo a pesar y preparar los ingredientes, lo que los cocineros le llamamos “Mise en Place”, o puesta a punto en español.

Tarea fundamental para que una receta salga bien, principalmente en Pastelería y Panadería donde hay muchos ingredientes y muchas medidas.

Primero la esponja: levadura, leche, azúcar y un poquito de harina, mezclar y dejar que duplique como mínimo su volumen.

Después la masa: harina, huevos, azúcar, miel, agua de azahar, manteca, mezclar y amasar, después agregar las frutas, las pasas de uva hidratadas en algún alcohol y los frutos secos previamente tostados.

Agregarle la esponja y seguir amasando, hasta que quede todo bien incorporado. Unos cuantos minutos.

Una vez listo eso, cubrir la masa con un repasador limpio o con papel film y dejar que descanse muchas horas.

El pan dulce es algo tan rico como polémico. A muchos no le gustan las frutas abrillantadas, a unos pocos, sí. Los del primer grupo lo prefieren con chips de chocolate, pero ¿acaso eso es pan dulce? Otros lo prefieren solo con frutos secos, no falta el que dice, a mí no me gusta el agua de azahar. Y así podemos estar un buen rato.

Yo soy de las que aman el pan dulce, así, como viene, con todo. Y diciembre es justamente por eso, uno de los meses del año que más me gustan.

A la noche, voy a agarrar la masa toda inflada, la voy a aplastar, sacarle todo el gas ¡Qué linda sensación esa! Y después separarlo en bollitos, y mandarlos a un horno amable, para que se cocinen parejos.

Mañana el desayuno va a ser más rico que otros días, y eso me pone contenta.

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