Me encanta el olor de la Peperina, es una hierba que yo no conocía hasta que me mudé a Córdoba. Tiene un olor muy particular, con ese toque mentolado y como a alcanfor. Me han contado que crece en zonas serranas de la Argentina y muchos la utilizan para saborizar el mate. Otros, para hacer infusiones digestivas. Además, es una palabra con un sonido como divertido. Por estos lados, en Alta Gracia, se les ocurrió utilizar Peperina para nombrar al Festival Gastronómico que celebran en semana santa, y que este año se hizo entre el 14, 15 y 16 de abril.
El festival gastronómico Peperina es organizado por la Municipalidad de Alta Gracia y utilizan como sede el polideportivo de la ciudad. A parte de los stands de comida, restaurantes y productos, al entrar al polideportivo te encuentras con una cocina totalmente equipada y diseñada como un set de grabación (con cámaras, luces y pantallas) como si estuvieras por ver cómo graban tu programa favorito de cocina.
Yo fui el domingo con la intención de ver la clase de Narda Lepes que era el cierre del evento. Cuando llegué, me encontré a Martín Molteni (voy a ser honesta, no tenía ni idea de quién era. ¡Lo sé, un horrorrr!), ahí me enteré que es el chef de Pura Tierra, y obvio me puse a buscarlo en san google y me mostró su página web www.puratierra.com.ar en la que lo describen como un chef “que busca en cada plato el carácter de una cocina argentina comprometida con sus raíces y representada por sus productos”. Cuando lo oyes hablar, te das cuenta que algo en él va con el ritmo y el compás de la naturaleza, de lo simple. Él invitaba al público a que cocinaran y probaran nuevos sabores. ¿Qué trajo para cocinar? Un yacaré. ¡Sí! Un yacaré. Una especie de caimán, que creo que no muchos vamos a tener en la cocina para hacer la cena. Bueno, luego de la impresión inicial, de cómo es posible que traiga un yacaré entero, y que jamás pensé ver uno en un festival de este tipo, el Chef lo pasó a cocinar de una manera tan fácil y sencilla, que te hacía sentir que cocinar un yacaré era posible en cualquier cocina de la Argentina. Lo más sorprendente que en una hora, convirtió al yacaré en buñuelos y lo acompañó con bastones de mandioca fritos y una salsa de ají y pimientos. ¡Me encantó!, era una receta sencilla, de esas que uno pudiera hacer todos los días, pero con productos muy diferentes a los que uno compra normalmente en el mercado. Todavía no sé si yo sería capaz de comprar y cocinar un yacaré. Creo que voy a hacer esa receta en mi cocina, pero por ahora, con pollo.
Entre una clase y otra visité los stands de productos regionales. Probé unos quesos super ricos, de media maduración, que se llaman Don Santiago. Y Santiago, el dueño, me explicó con emoción y deleite cómo producían cada tipo de queso. Amé el queso azul, no soy especialista en quesos y menos en azules, y éste me sorprendió porque no invadía todas mis papilas. Si oyen a Santiago hablar de sus quesos y cómo logra los sabores, en serio, van a querer probarlos todos, y hasta ir a ver cómo los hace. Luego, me fui a probar una de las cervezas del Beer Truck de los chicos de Bier Republik. Tienen que conocerlos, son un truck (o camioneta) convertida en un bar para servir su cerveza artesanal tirada. ¡Es bellísima esa camioneta! Yo quiero una para cuando vaya a hacer alguna fiesta. Ya había probado sus cervezas antes, y esta vez quería probar la Blond con un toque de peperina que habían hecho especialmente para el festival, pero ya no tenían. Así que probé una roja que estaba en su punto justo. Ellos siempre son una buena opción.
Luego llegó la hora de Narda Lepes. Ella trajo toda una clase de cómo cocinar y comer más variado y con más verdura. Ella insiste que ya sabemos que para vivir mejor uno debe comer más verduras y frutas, así que pongámonos en acción y a aprender a trabajarlos para incorporarlos en nuestro día a día. Dio técnicas y recetas de cómo mezclar más verduras y crear platos más variados, más ricos, combinando mejor los sabores y así comer mejor. Realmente no tuvo desperdicios, no sólo porque todo lo que dijo tenía información útil para el día a día, si no, porque enseñó a utilizar hasta la piel de las papas para hacer una especie de chips llenos de hierbas y sabor. Y hasta mostró cómo utilizar la cáscara y las semillas del zapallo para hacer una salsa para unos espaguetis. ¡A mi ella me encanta! Siempre es tan real, tan cercana a lo que uno vive a diario en su cocina y, sobre todo, a lo que uno puede hacer para comer todos los días.
[pro_ad_display_adzone id=”15841″]Siempre había escuchado del festival Peperina y nunca había podido asistir. Y al final me quedé con ganas de ver las clases de todos los demás chefs que habían estados los días anteriores. No me quiero imaginar lo que mostraron y hablaron los otros invitados como: Soledad Nardelli que hizo unos snack o bocaditos de entradas utilizando algunos productos cordobeses, o a Osvaldo Gross, que fue recibido como un rock star por el público y que hizo recetas de pastelería de las abuelas y una super torta de chocolate, o Dolli Irigoyen, que cocinó un cabrito a su estilo y desde el principio para que todos entendieran cómo trabajarlo, o los chefs cordobeses, como Roal Zuzulich o Maximiliano Buchiell, que tienen propuestas super innovadoras y llenas de productos regionales.
Gracias a Dios, la gente del festival Peperina entiende que uno no puede ir a todas las clases, y por eso, no sólo montan el set de grabaciones para que todos oigamos y veamos bien las clases, y hasta lo que está sobre los fuegos, si no, para luego colocarlas en su canal de YouTube (Gobierno de Alta Gracia – Peperina 2017). Así que, corran, vayan ya a ver todas las clases. Si les gusta la gastronomía, o la cocina, les sacarán provecho a todos los videos. Yo ya vi la clase de Maximiliano Buchiell, y quiero encontrar ya frambuesas para hacer la ensalada de hojas verdes, quesos a dos tiempos y vinagreta de frambuesa. Además, que quiero ir a su restaurante escuela a probar todas las mezclas de sabores que crea él y su equipo.
Ya saben. Si en la próxima semana santa quieren hacer algo diferente, vengan a Córdoba y sobre todo vengan a Alta Gracia. Es una ciudad llena de zonas verdes y ríos para sentarte en la tarde a tomar mates o sólo escuchar cómo corre el agua y cantan los pajaritos. Además, esta ciudad está llena de casas raras, con construcciones arquitectónicas muy diferentes a la que por estos lados se ve. Y, sobre todo, vengan para que asistan al Festival Gastronómico Peperina y a sus clases magistrales.