Una historia de amor tan caminada, tan turistas en la ciudad, tan estrella, tan rio, tan puente. Tan poco relación y tan mucho amor. El amor o el árbol, da igual. Y es hermoso, y no temo que se termine porque nunca empezó, o quizás siempre está empezando.
La no posibilidad de final me alivia cual baño caliente en mitad del invierno. El bienestar. Y tus abrazos gigantes que me sostienen justo antes de caer en el rio que no es rio. Porque descubrimos que ya no existe, que solo queda la idea de. Pero al llegar, esa idea se desvanece y solo encontramos unos cuantos barquitos de madera viejos suspendidos en el agua y en el tiempo.
La informalidad tan formal que me asusta un poco, pero a la vez me agrada. Será algo así como la belleza de lo horrendo? Aunque a decir verdad, no le encuentro nada feo, o quizás para los otros sí lo sea. Pero los otros existen? No. Es una ecuación de dos. O tal vez esta sea la nuestra, el principio de la incertidumbre. Preguntémosle a Heisenberg sino.
Y aunque no sabía cuál era el libro que él le iba a regalar, sí sabía que ese sería su libro preferido entre todos. no porque fuera puntualmente a gustarle, sino por el simple hecho de que él se lo había regalado. Él había pensado en ella. En el libro están los dos, juntos, como abrazados alrededor o dentro de unos cientos de páginas marfil con olor, en el mejor de los casos, a nuevo. A nuevo amor. A buen amor. Antisbarrano.
Puede que las redes traigan
cuellos rotos, negras plumas de cormorán,
que tiemblen los semáforos,
las radios callen y se derrumbe la ciudad.
Puede que te saque de mis brazos
tu marido o el despertador,
que te interrumpa el desayuno
el vuelo de un B-52.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.
Puede que te cite el parlamento
y decrete el blanco y negro,
que sonrían ángeles heridos
en la sección de sucesos,
que alimentándose de humo
se quiebre cual cristal esa mujer.
Que trepe una serpiente
por sus piernas infinitas. Puede ser.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así.
Quizás banderas blancas
tu habitación alumbren
y mi amor esté cerca
y los dioses duden.
Y este sea un buen principio,
principio de incertidumbre.
Puede que te salves. Puede
que amanezcas conmigo
y las espadas se entierren.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.
Una posibilidad existe
de que amanezcas conmigo
y los cañones se oxiden.
Principio de Incertidumbre. Ismael Serrano.
Soy Sol García Levaggi, cocinera de alma y profesión. Estudio Letras, estudié cine y me gusta comer, viajar, sacar fotos y aprender cosas nuevas. Amo los libros, práctico y estudio Yoga. Soy la mamá de Lola, trabajo en Chinita Bakery y me divierto haciendo radio con el programa "Sol de Noche", todos los miércoles de 23 a 24hs. por Radio Caput. Escribo lo que me pasa como medio de catarsis. Todo lo que leas acá no es ficción, te juro que me pasó.