Los champiñones son uno de esos alimentos que puedes combinar con todo y siempre quedará bien. Este ingrediente es similar a una prenda de vestir básica; la utilizas con cualquier cosa y siempre te verás elegante. El problema, al igual que en la moda, es que haces un desastre sino sabes usarlo, o en este caso cocinarlo.
Las propiedades que se pueden identificar del champiñón son múltiples, pero todas beneficiosas, sobre todo si estás haciendo una dieta o intentas comer bien. El secreto de una alimentación balanceada es bajar los niveles de grasa y sodio, y el Agaricus bisporus –nombre científico de este ingrediente- logra estas dos metas sin mucho esfuerzo.
Lo primero que debes saber sobre este ingrediente es que remojarlos en agua es el peor error culinario que puede existir. Si los lavas con agua, los champiñones la absorberán, no tendrán una textura consistente y quedarán pálidos durante la cocción. El agua también disminuye su sutil sabor.
Lo ideal es limpiar cada champiñón con una toalla húmeda, sólo lo necesario para retirar los residuos y la suciedad. Es aceptable usar un cepillo exclusivo para champiñones, pero eso se justifica sólo si es amante de este ingrediente.
Con los champiñones, el objetivo es realzar su sabor natural y para esto es indispensable prepararlos con otros ingredientes que compaginen con su sabor tan peculiar. La manteca y el aceite de oliva son dos buenos recursos de cocción, sobre todo para los hongos de cocina.
A la parrilla, es una de las técnicas ideales para champiñones en el verano y la receta es muy sencilla; sólo requieres de una parrillera y untar con un poco de aceite vegetal de buena calidad, para preservar su sabor y garantizar su cocción. Saltearlos es una de las preparaciones más habituales de este plato, donde el aceite caliente o manteca los dorarán fácilmente.
El sabor de nuestro hongo favorito es complejo y crea contrastes, al igual que el vino en el maridaje. Así que al incluirlos a una receta común, la convierte en un aperitivo más sofisticado. La pizza, la lasaña y algunos otros platos italianos son los exponentes más famosos del champiñón como elemento degustativo clave.
Una de sus papeles protagónicos más importante son las salsas, ya que el champiñón también es una esponja de sabor que absorbe los distintos gustos y los unifica. Para crear una rica salsa de champiñones debes tener a la mano manteca, echalotes – si no tenes, podes usar cebolla- caldo de res y por último (y no menos importante) los champiñones.
Para cocinar esta salsa, se lleva la manteca a fuego lento. Luego, cuando ya esté en su punto, se le agrega las especias, el echalote y luego deja cocinar por tres minutos. Debe agregar los champiñones para saltearlos hasta que estén suaves y dorados; le agregas el caldo de res y se deja cocinar por cinco minutos. Por último, debe estar lista la pasta o el acompañante que le permitirá untar la salsa con este sutil ingrediente y ¡Voalá, a comer!
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