Mimetizar elementos de la naturaleza es una de las cualidades más reconocida de los artistas plásticos, sobre todo los escultores, quienes imitan posturas de animales, follajes o personas para convertirlas en un retrato entrañable, pero la gastronomía ofrece tallados y construcciones que son comestibles, además de admiradas.
Arte y gastronomía. Cisnes y castillos son algunas de las presentaciones más excéntricas que realizan los artistas culinarios; mientras los escultores reflejan en sus creaciones, platos apetitosos que distan a consumir, pero suelen ser tallados o una obra plástica.
El chocolate es unos de los componentes gastronómicos más flexibles y moldeables del mercado, es por esto que los escultores culinarios lo usan como uno de sus principales herramientas.
Su principal exponente es Prudence Emma Staite, una artista contemporánea que invita a sus comensales a utilizar todos sus sentidos para apreciar el arte. Su especialidad es la joyería apetecible. También ha realizados grandes esculpidos a base de masa para pizza en honor al Coliseo, la Escalinata Española y al Papa Benedicto XVI en la exposición del Museo de Londres.
En España existe otro ejemplo de esculturas achocolatadas, en el Museu de laXocolata, un local de arte que reúne diferentes esculturas de este dulce ingrediente.
Alemania presenta a los comensales del arte, un museo donde sus exhibiciones son hechas de pan, donde se exponen los utensilios de preparación, como las máquinas y cocinas desde sus inicios, ilustrando la historia de los diversos productos panaderos.
[bctt tweet=”El Chocolate es sin lugar a dudas el mejor material para realizar esculturas gastronómicas” username=”workingcheff”]La manteca rígida se convierte en grandes caballos, vacas y niños de tamaño real en las manos del estadounidense Jim Victor, que dedica por lo menos una semana en la realización de una obra.
La red social Pinterest ha sido una ventana reveladora para este arte culinario que toma elementos de la naturaleza, como una berenjena, y es transformada en una singular cebra, por ejemplo; mientras que los artistas plásticos gastronómicos dominan el manejo de ingredientes ideales para esculpir.
Los japoneses establecieron una tendencia que inició como figuras decorativas para las comidas infantiles, y se transformó en un fenómeno viral que todas quisieron imitar. Los Kyara-ben no son esculturas exactamente, pero es una equivalencia al arte.
Este es el nuevo concepto de “jugar con la comida” para los niños japoneses, quienes se divierten antes de ingerir sus alimentos. Un niño que encuentre en su plato de comida una figura con su personaje favorito, tendrá el incentivo suficiente para disfrutar un bocadillo animado en todas las dimensiones posible.
Este es el efecto del arte gastronómico: lograr que los comensales degusten con todos los sentidos conectados.
Esta entrada fue modificada por última vez en 13 marzo, 2017 17:52
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