El mundo de las finas hierbas se extiende en un gran número de combinaciones, que alcanza a más de 30 especies diferentes. Las más tradicionales que cualquier cocinero debe tener en su despensa son la albahaca, el eneldo, la menta, el orégano, el romero, la salvia, el tomillo, el cilantro y el perejil.
De entre todas las hierbas, el sustituto perfecto de la sal natural en la cocina es el eneldo, una planta asiática que se transforma en un condimento aromatizador del salmón, las zanahorias, los pepinos y el yogurt. Esta hierba, con un olor anisado que evoca al sabor del limón, puede combinarse con mostaza, pimienta, canela, jengibre, perejil, laurel y cebollin.
El eneldo también tiene propiedades curativas, ya que un té de sus hojas sirve de anti-flatulento y antidispepsias, pero en Europa continental es común el uso del eneldo en los guisos de pescado, por las mejoras en la acentuación del sabor y la fácil digestión con este acompañante.
La frescura es una de las principales características de la menta, una fina hierba que limpia el paladar y corta la grasa más pesada en la comida. En la gastronomía es usada en sopas, salsas, ensaladas, bebidas y platos dulces, para agregarle un aroma distintivo y resaltar cada uno de los ingredientes, brindándole un aire renovador a nuestros platos.
La menta es ideal para atenuar el exceso de dulce en los postres, convirtiéndose en un ingrediente perfecto para aquellos que se empalagan rápidamente.
En cuanto al romero, esta especia ha recorrido por mucho tiempo la cocina, y comparte la cualidad de muchos condimentos: un aroma fuerte y un agradable olor.
La diferencia entre esta y otras hierbas es la forma en que se impregna su distintivo sabor. El romero se puede marinar en aceite y vinagre, pero además, se utiliza sobre la carne de cordero, un tipo de pieza cárnica díficil de condimentar. También le da buen gusto a las papas cocidas y vegetales salteados.
El tomillo representa el antibiótico de los pobres en la medicina, y en la cocina es considerado uno de los mejores sazonadores de carne de conejo. Su olor es similar al romero, pero resulta ser más intenso de sabor. La carne de caza, de ave y la parrilla ganan textura, aroma y gusto con este condimento seco.
Una salsa de tomate con tomillo, romero y laurel es una buena combinación para preparar una pasta al estilo italiano. El tomillo fresco se puede usar junto a las cazuelas y los quesos, integrándose de manera armoniosa con estos ingredientes.
El cilantro es uno de esos saborizantes que funcionan como ornamentación de platillos, y son incorporados en las distintas clases de mojos para aportarle sabor a los platos horneados, por ejemplo. El mojo verde es el principal exponente que promueve el uso del cilantro, una salsa canaria que acompaña a pescados u hortalizas.
Todas estas hierbas deben estar bien conservadas para no perder su aroma y esencia, elementos que le dan sazón a cualquier preparación. Añadir un condimento deshidratado o fresco dependerá de la receta que desee realizarse, pero entre más fresco, mejor.
Por último, evaluar la despensa es necesaria para reponer el inventario,y tener todos los ingredientes a la mano. Si las especias han pasado mucho tiempo sin ser usadas, debes olerlas, tomarlas entre tus dedos y frotarlas; si pierden su aroma rápidamente, es tiempo de reemplazarlas por unas nuevas.
Esta entrada fue modificada por última vez en 10 mayo, 2017 15:47
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