La comida callejera es el símbolo gastronómico que identifica a una nación por ser el representante extraoficial de su plato más emblemático, con un costo menor a los restaurantes. En estos puestos ambulantes se preparan los platos en versiones infinitas, y esta es la gracia del negocio callejero: competir por reputación.
Si, otra curiosidad de nuestra época. La Guía Michellin le otorgó el distinguido reconocimiento a un menú valorado en seis dólares, uno de los precios más económicos de una degustación que forma parte de esta premiación.
El reconocimiento se le hizo a los fideos de cerdo combinados con wanton, hígado de cerdo desmenuzado y croquetas de pescado aunado a un precio asequible, los cuales lo colocaron ante un jurado que reconoce la existencia de más de 10 millones de puestos ambulantes de comida en todo el mundo, pero sólo puede avalar la labor culinaria de cincuenta de estos locales por año.
El carrito ambulante tiene todas las características de un local callejero, pero eso no le restó méritos para ganar el premio mayor. Singapur como nación, recibió otros catorce reconocimientos dentro de la lista de los mejores cincuenta.
Las nominaciones fueron repartidas en el continente asiático, en su mayoría, e Indonesia figuró entre los mayores exponentes de estos íconos culinarios después de Singapur, pese a que la ceremonia de entrega, este año, se realizó en Filipinas.
México fue el único país latinoamericano en figurar en esta premiación, ocupando el puesto número ocho por La Guerrerense, y el puesto 20 de esta lista gracias al camión callejero Mariscos Reuben.
Norteamérica se deberá conformar este año con dos galardones que recibió su gran industria de comida callejera. Los exponentes de la comida de paso en los Estados Unidos son: Franklin’s BBQ, en el segundo lugar, y Churros Locos Portland, en el puesto número 41.
Esta guía sólo señala algunas de las mejores opciones para degustar si visita China, Taiwán, Vietnam, Tailandia y Malasia, otros de los países más nombrados en este guía de comida callejera.
La esperanza de los demás países, es figurar como nueva imagen representativa de la gastronomía “deambulante”, que puede invadir calles enteras para crear una feria diversa y con opciones más “abiertas” de comida típica o importada de los países de primer mundo.
Sólo se debe insistir en la promoción de los nuevos talentos, y la presentación impecable de la comida semi-chatarra que tanto nos gusta.
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