Mi hija cumple seis años y recibo este mensaje:
“Increíble que hace 6 años recibía la llamada e iba para el sanatorio a abrazar a una tan pequeñita Lola y una nueva mamá.
-Ay gorda cómo cambio este pañal!!!
-Qué se yo, ¿no lo hiciste?
-No, lo deben haber cambiado las enfermeras antes.
-Bueno, veamos.
Y lo hicimos con amor. Aprendiendo y con amor.
La conocí en la panza.
La amé desde siempre.
La esperé. Para recibirla con el amor que se recibe un sobrino. Inigualable. Inmenso.
Acomodar tu cuarto para que estén cómodas.
Querer acompañar en cada cambio.
Tenerla chiquita corriendo por el jardín y no poder parar de admirarla.
Abrazarla y contenerla cuando se disolvía un hogar. Acompañarlas y desear que Loli sintiera sólo el amor que la rodeaba.
Dormir con las tres cuando la casa ardía y pretender que el juego nos uniera y así poder disuadir los nervios de una mamá pulpo. Disfrutar verla enloquecer con las mandarinas y sentir todo el placer q uno siente cuando el trabajo y el amor que se pone en la tierra, nutre de satisfacción a quien se ama.
Jugar con el barro.
Verla abrazar a mi bebé y que el alma me explote en magia.
No puedo creer que ya es una nena grande.
Siempre voy a estar a pesar de la distancia. Para todo. La voy a acompañar cuando esté más cerca, en TODO.
Feliz cumple a mi sobrina más bella.
La amo. Las amo.”
Quien lo escribió es mi amiga Martina, bella por fuera y dentro, sabia, mágica. No hay distancia para nosotras, estamos cerca siempre, no hay medida ni unidad de tiempo, estamos y somos eternamente.
Sentirte cuidada, contenida, amada, sentir que ella es tribu y hogar.
Gracias a la Vida por tener y darme a esta amiga vida.
Te amo infinito.
Esta entrada fue modificada por última vez en 25 septiembre, 2017 15:51
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