Cuando pensamos en los grandes descubrimientos de la humanidad, evocamos a un proyecto minuciosamente estudiado, que está conectado con una cadena de variables establecida para arrojar el resultado esperado. Pero la realidad es más compleja que esta simple fórmula; desde la penicilina, hasta el marca pasos, estos inventos fueron creados por “error”, y el mundo de la gastronomía no se salva de esta clase de descubrimientos.
Curiosamente, el primer invento de esta lista nace de la venganza. Aunque suene escalofriante la idea, las papas chips se crean por el enojo de su creador con un cliente exigente.
George Crum, un importante chef de Nueva York en 1853, estaba cansado de que su cliente se quejara de sus papas a la francesa. Al ver que este le devolvía la orden una y otra vez por su textura, decidió hacerlas más delgadas, un poco “pasada” de fritura y más saladas, para ver si el comensal dejaba de insistir. Todo el plan de Crum salió al revés, y el cliente se enamoró de esta inventiva vengativa.
Los científicos, asombrosamente, son los principales artífices de esos descubrimientos gastronómicos que son consumidos en cada rincón del mundo. Uno de estos son las hojuelas de cereal, tal y como lo conocemos hoy.
La presentación en hojuelas nació a causa del moho y del error de dos hermanos que buscaban hacer una especie de pasta de granos, que hoy se conoce como granola. Pero dejar los granos hirviendo por muchos días provocó que se volvieran secos y gruesos, con un sabor inconfundible a maíz. Los inventores de esta fórmula eran John and Will Kellogg, reconocidos por patentar en 1898, el primer alimento para desayuno procesado hasta la época llamado Corn Flakes.
Otro experimento curioso, es del edulcorante, específicamente la sacarina; la opción más fácil de cuidarse de los estragos del azúcar. Constantine Fahlberg, investigador en la Universidad de Johns Hopkins, le buscaba un uso útil al alquitrán de hulla en 1879, pero la precariedad de higiene ante los experimentos científicos era tal, que este científico se llevó los compuestos adheridos en sus manos, y fue traspasado al panecillo que hacia su esposa, haciéndolo más dulce.
Este compuesto derivado de la brea de carbón, fue descubierto en 1879, y fue patentado y comercializado un año después.
El producto más popular del mundo nació de un remedio para el dolor de cabeza. La Coca Cola, sólo buscaba evitar las horribles jaquecas que eran irremediables en 1886, pero John Pemberton, un farmacéutico de Atlanta, creó una fórmula que trascendió como una bebida refrescante con tónico a brebaje, compuesto por el extracto de hojas de coca y nueces de kola; posteriormente, se le agregó agua carbonatada, que le dio su efecto efervescente.
Por último, las galletas con chispas de chocolates son una invención de la dueña de un restaurante norteamericano, que quería hacer galletas de chocolates con poca materia prima. Al mezclar la masa de las galletas para ser mezcladas con chocolate, observó que le quedaba poco cacao para ligarlo con la harina.
Es así como Ruth Wakefield, dueña de Toll House Inn, corta en pequeños pedazos el chocolate que le quedaba, y lo coloca encima de las galletas amoldadas y listas para hornear, esperando que el calor derrita el chocolate y se mezclara con la masa. La reacción fue contraria, ya que quedaron los trozos sólidos incrustados en la galleta horneada.
Esta entrada fue modificada por última vez en 27 junio, 2017 09:39
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