Colocá la manteca pomada junto con el azúcar y batí enérgicamente con una cuchara de madera o batidor hasta blanquear la preparación.
Agregá la esencia de vainilla y la ralladura de limón.
Añadí los huevos y bate nuevamente hasta obtener una crema.
Tamiza la harina con la sal y el polvo leudante y hacemos una corona. Colocá la crema en el centro y une los componentes sin amasar (Podemos hacerlo con la ayuda de dos espátulas o bien con las manos tratando de no transmitirles mucho calor).
Fresá la masa una o dos veces hasta homogeneizar.
Forma un cuadrado y cubrilo con film y llevalo a la heladera a enfriar (La masa se puede conservar hasta 3 días en heladera o 2 meses en freezer).
Para el relleno, cortá el dulce en cubos, calentá junto con el agua y el vino a fuego suave. Remové hasta lograr una pasta. Luego, dejala enfriar antes de armar la tarta.
Para el armado, estirá tres cuartas partes de la masa con la ayuda de un palote hasta lograr unos 5 mm de espesor.
Luego, forrá una tartera de 26 a 28 cm diámetros. Apretá ligeramente la masa sobre los bordes de la tartera y cortá el excedente que vas a reservar para usarlo más adelante.
Uní la masa sobrante y estirala hasta lograr 5 mm de espesor. Cortalo en bandas de 2 cm de largo. Pincelalas con huevo batido.
Rellená la tarta con el dulce de membrillo y alisa el relleno. Realizá un enrejado con las tiras de masa por encima del relleno.
Horneamos a 180°C durante 45 Minutos
Dejala enfriar y serví.
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