Su refinamiento en la elaboración, sus ingredientes y bagaje cultural, su romanticismo y hasta misticismo, han hecho de la cocina francesa, un referente mundial de la gastronomía.
Recibió varios reconocimientos por su labor e incluso llegó a rechazar las tres estrellas Michelin en 2005
“Odio la realidad, pero es en el único sitio donde se puede comer un buen filete”